TOC

TOC
"Hola, tengo TOC. Trastorno Obsesivo Compulsivo. Es un trastorno que puede parecer hasta gracioso, pero en realidad es una jaula."

Estas son las palabras de una persona que tiene TOC. En relación a algunos temas tratados en el retiro, a veces las personas nos tomamos a la ligera algunos trastornos o enfermedades debido a no tener conocimiento sobre ellos, y desgraciadamente los cristianos también lo hacemos. Estas actitudes pueden ser dolientes para alguien que lo está pasando mal y podemos dar un testimonio muy triste por juzgar y tener ideas preconcebidas sobre cosas que no conocemos. Os dejamos a continuación el testimonio de este creyente, que nos sirva para empatizar y conocer más sobre este tema. 

 

Hola, tengo TOC. Trastorno Obsesivo Compulsivo. Es un trastorno que puede parecer hasta gracioso, pero en realidad es una jaula. Tienes pensamientos obsesivos que tu cerebro te propone resolver a través de rituales. Y al inicio este ritual es una tontería, no cuesta nada hacerlo, parece la solución perfecta para estar bien. Pero, como las adicciones, pronto no va a ser suficiente y va a tener que ser siempre más y siempre más hasta que hacer una vida normal es imposible. Por ejemplo, hacerse duchas de horas porque si no no estás limpio. No pisar las rayas porque, si no, va a morir alguien. No salir de casa porque, si no, habría que volver al menos 6 veces a comprobar si se ha cerrado e igualmente quedarse con la duda y la ansiedad. Todo esto es absurdo, ¿a que sí? Pero el TOC te crea una realidad alternativa que se sobrepone a la realidad efectiva y TIENES que portarte en consecuencia, si no la ansiedad te come vivo.

En mi caso, el TOC empezó por un fuerte estrés constante durante un año y medio. Quiero decir un estrés constante desde que me despertaba hasta que me dormía durante más o menos 550 días. Si quitamos 8 horas de sueño (que difícilmente eran 8, porque dormir era difícil) son 8800 horas de fuerte estrés. No está mal, ¿eh? 

Empezó poco a poco, con pequeñas tonterías, y siempre pensaba: "Para mi tranquilidad cualquier cosa". ¡¡Error!! Cada ritual tontito que hacía era un paso más hacia el abismo. Cuando la fuente del fuerte estrés desapareció, ya era demasiado tarde. A partir de entonces me encontraba en una situación estresante, todavía en la media, pero no volvía a ser normal. No solo el TOC empeoraba, sino que además empezaban los sentidos de culpabilidad: ¿por qué estaba todavía así? Si se había solucionado, ¿cómo seguía estando triste y con ansiedad? El mundo estaba lleno de personas que están mucho peor y yo no conseguía estar feliz, qué vergüenza.

Después de un par de años, voilá, otro fuerte estrés. Empieza la depresión. Y después de unos meses, cuando digo en voz alta: "es que no puedo aguantar esto" bum, otro estrés muy fuerte. Y allí la caída completa. No solo necesidad de hacer rituales siempre más gordos, también enorme sentido de culpabilidad. Débil, eres débil, de hecho, eres un asco. Sí, un asco, te deberías avergonzar, de hecho, si no estuvieras, todos estarían mucho mejor, ya no tendrían que aguantar tus tonterías. ¿Sabes qué? Deberías morir. 

Llantos todos los días durante horas, imposibilidad de ser feliz, iniciar a hacer planes para matarme. Decirlo todo el rato y sobre todo mirarme al espejo con asco, produjo que ya no me reconociera. "Yo no era así". Pensaba que el Señor me había abandonado. Tenía un buen enfado y pedía que parara con esto y me matara de una vez, así me lo habría hecho más sencillo. Pero el Señor no me había abandonado. Propició la posibilidad de pedir una excelente ayuda y de poder luchar contra este monstruo. El TOC es para siempre, pero se le puede quitar las fuerzas. Conocer al enemigo es importante y pedir ayuda para que conozcamos las armas con las que luchar es importante. Hay situaciones que no se pueden resolver sólo sacando fuerzas o teniendo mucha fe. ¿Se ajusta una pierna con fuerza de voluntad? ¿Se cura la diabetes con la oración? El Señor es todopoderoso, pero en este mundo hay enfermedades y gracias a Dios estamos en una época donde hay médicos y especialistas que nos pueden ayudar. ¿Dejarías de ir a hacer la compra porque seguramente el Señor hará que te llegue la comida? ¿Y acaso Dios nos ha dicho en algún lado que no nos va a pasar nada?

Además, no curar este tipo de problema nos impide seriamente ser la sal de la tierra. ¿Cómo podemos ser luz para los demás si estamos así? Ama a tu prójimo como a ti mismo, pero si tú no te amas, ¿qué sucede?

Es importante cuidarse y pedir ayuda lo antes posible. Yo he dejado correr libremente al TOC durante 4 años, y ganar la batalla ha sido un duro trabajo. No hace falta llegar a tanto. Visto en perspectiva, ya desde la infancia tenía actitudes que, aunque eran leves, podían dar una pista. Por favor, si ves que tienes obsesiones, si ves que en la mente te aparecen pensamientos intrusivos horribles (como pegar a tu pareja o hacer daño a quien quieres y preguntarte si ya que lo has pensado igual eres capaz de hacerlo), si ves que empiezas a evitar la vida por hacer “rituales”, si ves que la ansiedad no te permite vivir una vida tranquila, pide ayuda. Si lo pillas pronto es más sencillo. Y si lo pillas tarde, va a ser una guerra, pero te puedes preparar para las próximas batallas.

Es posible que tenga que tomar antidepresivo para toda mi vida. A lo mejor no, pero si así fuera, ¿qué pasaría? Es una pastilla que repara los desequilibrios químicos de mi cerebro. ¿Es tan feo? Para mí no, me ayuda a reparar los problemas que yo no puedo solucionar.

Por favor, no dejéis correr los problemas de este tipo, pedir ayuda no es falta de fe, es aprovechar una posibilidad que gracias a Dios tenemos.

No tengáis vergüenza, el Señor sabe los problemas de nuestros cuerpos, sabe en qué estado está nuestra salud y nos acompaña y nos quiere. No nos ha creado para que estemos enjaulados en nuestras mentes, con el enemigo que se aprovecha. Si no nos juzga él, nadie tiene el derecho de hacerlo.

Cuidaros para poder cuidar y amar con libertad.